El pueblo paraguayo ha sido insultado en una televisión brasileña, la SporTV, que pertenece a la cadena de televisión Globo. Fue un ataque injusto, estúpido, que ha dejado avergonzados millones de brasileños que no comparten del preconcepto de una elite criminal, racista, que no hace lo que hizo solamente con vuestro pueblo, pero con sus propios compatriotas pobres.
Quién firma este artículo es un brasileño, es importante que sepan. Escribo a nombre de la mayoría de nuestro pueblo, estoy seguro. Un pueblo que, también en su mayoría, es sencillo, alegre, amistoso como es el pueblo paraguayo.
Les pido a los paraguayos que entiendan que quién los insultó de esta manera brutal como ha hecho la Globo, fue solamente la Globo, una corporación que ha crecido haciendo favores a la dictadura militar brasileña entre los años 1960, 1970 y 1980, apoyando asesinatos y torturas de los patriotas que enfrentaran aquella dictadura, que se mantuvo en el poder por más de veinte años.
Soy un comerciante que viaja por Latinoamérica para vender repuestos y que ha aprendido a amar la cultura de los pueblos hispánicos de esta parte del mundo. En mis viajes, he hecho muchas amistades, incluso en Paraguay.
A mi me encanta desde la sopa paraguaya hasta el jacaré. La música, los costumbres, las señoritas hermosas, los hombres valientes. He torcido arto por la selección de Paraguay en el juego con España. Me quedé orgulloso de mis hermanos paraguayos, que vendieran caro su derrota a los españoles.
En resumen, mis hermanos, no tengo más palabras para pedirles perdón, no por mi pueblo, que jamás haría lo que hizo la Globo, que es una infección que contamina nuestro país con su programación estúpida, racista, vendida a los intereses del mundo rico y que el pueblo solo mira en la tele por falta de opción. Pido perdón, si, por este país tener esta enfermedad que se llama Globo.
En algunas semanas viajo a Paraguay a trabajo y voy a intentar hablar más a ese pueblo hermano, para que no crea jamás que lo que hizo aquella televisión criminal tiene algo que ver con lo que piensa y siente el pueblo brasileño por sus hermanos paraguayos, a los cuales un Brasil que no existe más hizo tanto mal en el pasado, pero que habrá de reparar tales crímenes en el futuro.
Muchas gracias y mil perdones, mis hermanos paraguayos. Que viva por siempre la amistad de Paraguay y Brasil.